Lectores

domingo, 23 de octubre de 2011

Mis musas muertas



 Hoy por hoy llegan a mis manos las páginas teñidas de mis letras olvidadas, ellas han caído sigilosamente en mis manos en los momentos más silenciosos de la noche, invitándome a explorar mis memorias, leer mis poemas inconclusos y  ver las cosas en retrospectiva, recordar aquellos tiempos mozos donde mi visión era ofuscada por las emociones vividas en ese entonces… y aunque actualmente cada vez en cuando una dama nuble mi visión está claro que ya no se siente igual, pues es imposible sentir lo mismo habiendo perdido la inocencia, gracias a mis hermosas musas muertas.

 Todos tenemos musas muertas; inspiraciones y aspiraciones disipadas en el tiempo, pasiones y arrebatos de antaño que ya solo son reminiscencias de épocas extintas, pero que dichas pasiones alguna vez lo fueron un todo o al menos creíamos que lo conformaban. Recuerdo mi primera novia, mi primer beso y mi primera noche de sexo, también la primera lagrima en nombre del amor que condujo a mi primer intento de poesía, poema albergador de mis letras más sinceras y mi estilo más nefasto, inspirado en la primera de mis musas muertas o como la llamarían los amigos que sostengo… la calentura de aquel entonces.

Rafael Leon 

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