Lectores

viernes, 17 de junio de 2011

El mar y la luna



Mi alma se contenta y mi cuerpo se eleva cada día, cuando muere el sol radiante y nace la noche oscura quien al mismo tiempo va dando parto una a una a todas las estrellas e impregnando de negrura aquellas motas de algodón que navegan libremente por la inmensidad del cielo, mismo cielo de la cual surge escondida entre las nubes mi hermosa Selene, siempre tan coqueta y tan tímida, tan pálida y a la vez radiante, y yo... siempre tan enamorado, elevando mi cuerpo para alcanzar el suyo, envolverlo, besar su boca... besar su rostro, besar sus ojos los cuales cada noche se ven reflejados en los míos, como anhelo y como nostalgia, anhelo de alcanzarla y nostalgia de nunca lograrlo.

1 comentario:

  1. que lindo escrito...afortunada la persona q t inspira ...t kiero Juniorsito :D

    ResponderEliminar